Convergencia y Liderazgo de Nuevas Generaciones
El pasaje de la sociedad industrial a la del conocimiento, la información y la revolución tecnológica han producido profundas transformaciones y cambios de paradigmas en muy poco lapso de tiempo.
Actualmente la mayoría de los líderes en las organizaciones pertenecen a las generaciones conocidas como "Baby Boomers" que conforman la franja etaria de más de 45 años de edad y desarrollaron sus competencias a nivel sistemas con lenguajes de programación y tecnología que se han tornado obsoletos.
Lo vivido hasta ahora ha sido solo el preámbulo de una transformación que no sólo afecta la forma de hacer negocios sino de trabajar, liderar y competir, donde las empresas intentan cambiar el paradigma de liderazgo actual.
El concepto de convergencia desde el punto de vista de los servicios y de la tecnología en las que todas las empresas se ven afectadas en la incesante evolución y aceleramiento del progreso, no detiene su marcha y lo hace de manera exponencial. 112 años fueron necesarios para masificar un invento como fue la fotografía desde 1727 hasta 1839, 56 el teléfono, 12 la televisión, 3 el circuito integrado y en la actualidad, apenas meses, días u horas transcurren desde que un nuevo sistema operativo, dispositivo de comunicación, se convierte en obsoleto o ni siquiera llega a salir a la venta. El crecimiento de las redes sociales y formas interactivas de comunicación y comercialización electrónica, permite que los clientes cada día aumenten el poder de sus decisiones en cuanto a dónde, cuándo, cómo, a quién y a qué precio comprar los productos y servicios que necesita.
Quienes deciden y lideran equipos de trabajo, tienen dos caminos, o comprenden este nuevo paradigma o seguirán jugando el juego de a quien culpar: a los clientes, a los jóvenes actuales, a las redes sociales, etc.
Cuando comparamos la convergencia y evolución de los modelos de liderazgo que aplican la mayoría de las empresas, observamos que, en general, los líderes no logran en su curva de aprendizaje acelerar las transformaciones que se necesitan para conducir a las distintas generaciones que conviven simultáneamente en la empresa con sus diferentes características, creencias y comportamientos.
Básicamente el liderazgo orientado a tareas está muy generalizado en la mente de la mayoría de los supervisores, jefes, gerentes, incluso directores, por más que expresen entre sus fortalezas estar orientados a resultados.
Este tipo de líderes, que abundan en el mercado laboral, son muy eficientes en todo lo que hacen pero no siempre eficaces, es decir, la variable de ajuste puede ser el resultado que probablemente no alcancen, porque sus esfuerzos están orientados a lo que saben hacer, repitiendo y especializándose hasta que llega un punto en que aparece algún competidor que descubre la manera de hacerlo mejor.
Los líderes orientados a resultados piensan primero el destino al que se dirigen, siendo la variable de ajuste el camino que escogen, es decir las tareas. Evolucionan al ritmo de la convergencia digital y superando los propios límites de aprendizajes adquiridos y los programas de estudios de muchas universidades.
El dato de la realidad adicional es que los líderes deben sumar a este escenario de desafíos y complejidad de un mundo que evoluciona, la convivencia de cuatro generaciones de colaboradores que co-existen, con diferentes actitudes, comportamientos y también competencias, para poner a prueba la capacidad real de lograr que sus colaboradores decidan seguirlos.
Los líderes que piensen en lograr resultados extraordinarios, saben que sus seguidores tienen que tener encendida esa llama sagrada que todos poseemos y que poseen ambiciones de lograr resultados extraordinarios sustentables y equilibrados.
A los líderes orientados a tareas, les basta pensar con que la gente llegue a horario, haga bien sus labores, respete a la autoridad y cumplan las normas y procedimientos establecidos, es más, estimulan que esto sea así y luego reniegan porque la gente no entrega todo lo mejor de sí o su potencial les permite.
Los desafíos que plantea la convergencia tecnológica y las exigencias de los clientes determinan que hace falta un estilo de liderazgo que integre todo lo conocido. En ese sentido, el coaching sistémico orientado a resultados es el estilo más apropiado que nos pone en el camino de poder evolucionar de manera exponencial y no funcional como los que aplican sistemas de gerenciamiento tradicional, o se limitan a modelos que pudieron ser exitosos en el pasado, pero no lo son para el presente y casi ni serán mencionados en el futuro.
Como todo es más rápido que ayer, deberemos ser más rápidos que mañana. Ahí el desafío.
Del Equipo de HuCap por: Miguel Terlizzi Director General.
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Inteligencia en Capital Humano Consultora en Gestión Estratégica del Capital Humano- Cambio y Desarrollo Organizacional.
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